El río antrópico

RioAntropico

Avancé por un río de gente.

 

Su caudal eran vehículos, vehículos y más vehículos,

 

marchando adelante, diagonalmente, perpendicularmente.

 

Trabajadores del escritorio en autos compactos,

de vuelta ya a sus casas, de pasajeros sus esposas e hijuelos;

 

de la obra brazal, corporal, en las multiplicantes combis, atestando los márgenes de ese río, zona de influjo y exflujo de gente.

 

Flanqueando el cauce, una baratola informe, disarmónica, rebullente discordancia y diversidad arquitectónica de lo pura y secamente práctico, utilitario, las construcciones, las edificaciones comerciales sitio de la retroalimentación perpetua de la actividad frenética, automática, impulsiva, sostenida por la corriente alimentante fluyendo por la maraña de cableríos inestéticamente tensados por sobre esas márgenes de frenesí, por entre el posterío y palerío sostentes del avance energético para el afianzamiento desarrollista.

 

Cerros recubiertos, inoculados con el rectangulerío aglomerante barrial, reclamando todo con un todo homogéneo y absolutizante.