Ilusiones medioambientales
El popote. Uno de los tantos objetos inventados por la moderna industria petroquímica, creadora de los plásticos. Antes sin más relevancia que la de ser un simple utensilio más en la vida diaria, el popote tiene ahora una peculiar importancia como representante simbólico de la nueva tendencia cultural que es la "consciencia ambiental".
Presentada al individuo contemporáneo como la guía a seguir para dejar de ser parte del problema y empezar a ser parte de la solución, esta consciencia ambiental conceptualmente se funda sobre responsabilizar a ese individuo común y corriente y sus acciones cotidianas como causantes de la problemática medioambiental. Pasa entonces a presentar la solución: la implementación - sencilla en la gran mayoría de las propuestas - de cambios en los hábitos cotidianos, como sería el dejar de utilizar popote.
En realidad, los conceptos que maneja la consciencia ambiental son por completo errados, y su estrategia no da solución de fondo a nada. Su resultado real es hacer persistir la problemática medioambiental, e incluso agravarla.
Es fácil comprender por qué esta consciencia ambiental ha ido adquiriendo popularidad cultural cada vez mayor: le brinda de forma bastante fácil al individuo un grato sentimiento de cumplimiento moral; lo desculpabiliza cómodamente de cualquier sentido de preocupación moral que pudiera haberlo incomodado, y le brinda además una sensación, ya sea consciente ó inconsciente, de superioridad moral sobre aquellos individuos que no comparten dicha consciencia ambiental.
No es coincidencia este estado de cosas. En una sociedad occidental caracterizada por una consciencia colectivo producto no ya de una cultura reflejo de una educación intelectual de calidad, sino reflejo de las dinámicas socioculturales operantes en los espacios de interacción social dominantes que son las redes sociales, es de esperarse que los mecanismos de control de las masas sean cada vez más eficientes y refinados, cada vez más exitosos, como es el caso de esta manufacturada consciencia ambiental, ligada a conceptos de surgimiento reciente como el de economía verde y desarrollo sustentable, que a grandes rasgos y ultimadamente no son más que herramientas conceptuales para la perpetuación del estado de cosas y de las causas fundamentales reales de la problemática medioambiental. Quien desee comprender este aspecto crudo de la realidad, haga el esfuerzo de leer lo mucho que ha sido escrito al respecto.
El cambio climático y la problemática medioambiental en general representan un problema profundo, de consecuencias de verdadera pesadilla y terrible sufrimiento futuro. Lamentablemente, solamente quien ha dedicado tiempo y esmero a informarse cabalmente y comprender el funcionamiento ecológico del planeta que habitamos, puede entender la verdadera identidad de conceptos como ambiente, naturaleza, ecología y especie humana, mirándolos en su verdadera forma, libre de maquillajes estéticos y sentimentales con que la consciencia ambiental en cambio adorna su ideología. Esta comprensión es necesaria para realmente entender a lo que nos enfrentamos como humanidad ante el cambio climático; para realmente entender que la posibilidad de extinción de la especie humana es real, peligrosamente cercana y terrible en la forma en que sucederá.
Una vez realmente comprendida la naturaleza y la magnitud de esta situación, sus causas, su dinámica, y sus consecuencias, se vuelve evidente que acciones como dejar de usar popote ó bolsas de plástico, reciclar la basura doméstica, o usar más la bicicleta en vez del automóvil, no tienen el más mínimo impacto, relativamente hablando, sobre la problemática que se busca combatir.
Esto no quiere decir que dichas acciones no sean positivas, deseables. Significa que no aportan ni la más mínima solución al problema medioambiental, porque las causas de éste no radican en ello. Lo negativo de estas acciones no es que carezcan de efecto significativo, sino que ejercen el efecto psicológico de hacerle sentir al individuo que las ejecuta, que con ellas ya está cumpliendo su responsabilidad como miembro de la sociedad, para contribuir a solucionar el conflicto.
La causa fundamental de nuestro predicamento medioambiental yace, en términos sencillos, sobre la característica intrínseca del sistema económico occidental pareado a la esencial dinámica ecológica de una especie como la humana: basada en la explotación en teoría infinita de recursos naturales, no toma teóricamente en cuenta que éstos no son infinitos. Hasta el hartazgo ha sido presentada una sencilla analogía de esto en una cuenta de ahorro, en donde a una cantidad finita de fondos se le pretende extraer dinero de forma infinita.
A pesar de tan sencilla analogía, esta contradicción tan evidente, clara, y aparentemente evitable ha sido sin embargo por tanto tiempo ignorada, y sigue siéndolo por gran parte de los tomadores de decisiones en el mundo occidental. Explicar el por qué no es tema para este escrito, pues radica en cuestiones complejas de biología y ecología humanas, economía y política. Nuevamente, haga el esfuerzo quien desee comprenderlo.
Lo que aquí pensamos es necesario para comenzar a abordar la problemática medioambiental son dos acciones fundamentales:
- La difusión de una nueva cultura social sustentada en conocimiento científico sobre hechos comprobados de nuestra realidad: la realidad biológica, social, económica, ecológica, ambiental. Esto necesariamente requiere la transformación profunda del sistema educativo occidental, de forma que integre cabalmente estos temas y los posicione en un nivel de prioridad elevado y predominante.
- El cambio de la dinámica económica actual hacia un modelo de economía circular, y en partes que lo permitan, hacia un modelo de decrecimiento. Esto requiere la presión y exigencia ciudadana, imposible si no se ha dado el punto # 1.
Ejerza el individuo las acciones que considere pertinentes aquí descritas: dejar de usar popote, andar más en bicicleta ó transporte colectivo, consumir más sabiamente, reducir sus desechos, reciclar lo reciclable, etc.
Pero hágalo consciente de que el destino trágico que gravita sobre la humanidad, de seguir el rumbo que seguimos, no lo frenarán dichas acciones por sí solas.